El nombre «Jamaica» proviene de la denominación que los arawaks daban a la isla –Xamayca, «tierra de los manantiales» o «tierra de bosques y riachuelos»– por la abundancia de agua en sus frondosos bosques. Los arawaks habitaban viviendas hechas de palmas; eran pacíficos y practicaban una agricultura autosuficiente. Desplazaron a los guanahatabey, primeros grupos étnicos allí radicados, que provenían de América del Norte. Eran buenos marinos, pescadores y artesanos en el tallado y pulido de conchas marinas. Cantar y bailar era importante en sus vidas. Adoraban ídolos (cemíes), pero creían en un solo dios, creador de toda la naturaleza.